Este año comenzó con una nota triste para Spurgeon. Su viejo amigo Richard Knill de Chester murió el 2 de Enero de 1857. Este amigo, cuando Spurgeon era todavía un niño, había afirmado proféticamente que Spurgeon llegaría a ser un gran predicador. Knill había hecho imprimir más folletos que nadie: entre seis y siete millones distribuidos en Inglaterra y siete millones en los Estados Unidos.
Los servicios continuos en el Royal Surrey Gardens Music Hall comenzaron a agotar a Spurgeon. En una ocasión, en el mes de Febrero, su espléndida voz falló, estando presente en la reunión un obispo de la Iglesia de Inglaterra. Muchas personas de la alta sociedad asistían a estos servicios, incluyendo a Lord Palmerston, el doctor Livingstone, la Princesa Real, la duquesa de Sutherland, y Lady Franklin, viuda del explorador del Ártico. Mucha gente no alcanzaba espacio para entrar, y un día como el 17 de Mayo de ese año, más de mil personas se tuvieron que quedar fuera.
Se iniciaron reuniones en Londres para el expreso propósito de allegar fondos para la construcción de un nuevo Tabernáculo. Inicialmente se había estimado que se requerirían 12,000 libras esterlinas, pero pronto se descubrió que estos fondos serían insuficientes, y que se necesitarían 20,000 libras esterlinas.
Algunos de los compromisos ministeriales de Spurgeon en esta época fueron memorables, y tenían lugar al aire libre, en campos abiertos así como también en ciudades congestionadas. Esto nos lleva a recordar al gran modelo que Spurgeon siempre tuvo frente a sí, George Whitefield. Uno de estos servicios tuvo lugar en un pequeño pueblo en las cercanías de Cambridge, llamado Melbourne, donde se congregaron 1,100 personas para escuchar el Evangelio. Estos servicios al aire libre atraían a las clases trabajadoras pero también a las élites.
El más asombroso servicio de ese año tuvo lugar el día 7 de Octubre cuando Spurgeon predicó en el Palacio de Cristal (Crystal Palace) en un día destinado a la humillación y a la oración por causa del Motín de la India. En ese servicio se cantó el Coro del Aleluya de Händel. Asistieron 23,654 personas.
Hacia fines de 1857 se publicó el primer libro escrito por Spurgeon: El Santo y Su Salvador. Spurgeon vendió los derechos de autor del libro por 50 libras esterlinas, y por tanto perdió una gran cantidad de dinero que pudo haber cobrado como regalías. El libro fue escrito principalmente "para la familia del Señor," pero hay muchos pasajes en él destinados al lector inconverso.